La
industria de las tecnologías de la información (TI) es uno de los grandes
motores del desarrollo tecnológico moderno. Desde funciones de cálculo hasta el
modelamiento industrial de una cadena productiva, pasando por aplicaciones en
el diseño, comunicaciones, medicina, entretención y gestión de la información,
entre otros, la computación ocupa un papel sumamente relevante en la vida
diaria de nuestra sociedad.
La
tecnología de la información es un cúmulo de conocimiento científico y
tecnológico ocurrido en los últimos 200 años, que esencialmente se expresan en
dos áreas: hardware y software. La gran mayoría de nuestras actividades
cotidianas del siglo XXI están gestionadas y almacenadas en dispositivos
móviles (hardware), los cuales funcionan con sistemas operativos (software),
que a su vez se alimenta de aplicaciones que permiten efectuar tareas
específicas (software de menor complejidad que los sistemas operativos).
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La
creación, registro y protección de la propiedad intelectual debe estar incorporada
de la forma más robusta posible en el quehacer de la empresa, quien debe velar
por gestionar y administrar estos activos de la manera más eficiente según su
estrategia corporativa.
Frente a
esa situación, muchos emprendedores tecnológicos estiman que el “patentamiento”
del código fuente del software puede ser la solución, al entregar un derecho
exclusivo de monopolio para la explotación y utilización de esa particular
creación intelectual.
El
pequeño problema estriba en que el código fuente de un software no es sujeto
directo de registro de patentamiento, sino que su protección inicial, de
acuerdo a la legislación chilena, corresponde al derecho de autor, que es una
figura de resguardo distinta. Sin embargo, bajo ciertas condiciones especiales,
el software también puede ser protegido mediante una patente, así mismo como
otras formas de la propiedad industrial, principalmente marcas.
En
consecuencia, el software no está remitido a un solo tipo de protección a la
propiedad intelectual, sino que puede obtener un cúmulo de protecciones.
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Estos programas son creados por personas, por
lo cual también merecen una protección jurídica, más aún en esta era. El Profesor Alberto Bercovitzi
señala que “Hay nuevas tecnología que dan lugar a nuevos tipos de obras:
software, bases de datos; otras facilitan la reproducción: copia (reprografía,
reproducción copias, audiovisuales); otras facilitan la comunicación al público
(cable, satélite), y, por último, la digitalización de las obras permite su
almacenamiento y transmisión convirtiéndolos en impulsos eléctricos. Pues bien,
la combinación de diversas nuevas tecnologías dan lugar a lo que se denomina:
autopistas o sociedad de la información” (…) “Las autopistas o la sociedad de
la información son el resultado de la confluencia de diversas tecnologías: la
digitalización, los programas de ordenador y las redes de transmisión de banda
ancha”.
Es así que los diferentes países, han ido desarrollando en sus
legislaciones medios para proteger a los autores de estos programas, proteger
jurídicamente el software. Aunque se han adoptado distintos formas de
protección, como una patente, como derecho de autor o como derecho industrial.
En los Estados Unidos, en lo referente a los derechos de autor en
Estados Unidos, la normatividad sobre “secretos comerciales, copyright y
derecho de patentes”, son empleadas comúnmente para proteger la inversión en
programas de computación.La utilización del copyright en un comienzo se como
respuesta a la producción en serie, que abarrotaban las tiendas de informática
así como la protección legal de las patentes. Para ser protegidos los programas
deben de registrarse pero con una desventaja la no protección de los códigos
objeto de origen al ordenador final donde se instalara el software. De ahí
surge la denominada licencia de software que ampliaba la protección exonerando
a las copias para fines educativos,
Es ahí donde empezó a ver la posibilidad de software libre como
respuesta a la sobreprotección de programas por las normas de propiedad
intelectual al incorporar la ejecución, comprender su funcionamiento, su
mejoramiento de los programas. En un principio la parentación de los programas
de computación no fue aceptada salvo si intervenía en procesos físicos ya en
1994 se permite la protección de software independiente de los procesos
físicos.
Patentando el algoritmo como parte de un programa con una estructura de
datos que organiza información en diferentes categorías era patentable como
ejemplo un sistema de procesamiento de datos.
El derecho de patentes en los Estados Unidos protegerá tanto los métodos
que puedan producir un “resultado útil, concreto y tangible”. Abarcando
software, métodos comerciales, independientemente de una computadora. Ampliando
los registros de patentes de software, sus métodos comerciales y creando el
desaliento ante las nuevas creaciones por la duda si estará o no patentado y
los elevados costos para su registro.
En Argentina, Pero en el caso la legislación sobre software en
Argentina busca brindar una protección amplia, a través del derecho de autor.
No obstante, la legislación no ha sido acompañada de una evolución paralela en
la actividad judicial, sin embargo en EEUU encontramos una serie de
legislación, de la cual se puede basar los tribunales argentinos. Por otro
lado, existe una vía legislativa que Argentina podría desarrollar para expandir
la protección: la normativa sobre patentes. Por último, Argentina podría
aprender del caso estadounidense favoreciendo políticas macroeconómicas para el
desarrollo del mercado del software.
Aunque en Colombia, se ha adoptado la protección del software como una
obra literaria, a través de los tratados internacionales, es por ello que su
legislación protege celosamente al software, ya no como un complemento del
ordenador, sí no, como una obra literaria, creación de una persona, el cuál es
utilizado para realizar todo tipo de actividades.
Y finalmente en nuestra legislación, el software es protegido
jurídicamente a través de leyes especiales como en el código civil, el cuál
protege los derechos de autor, y el software ha sido considerado como una obra
literaria en nuestra legislación. Así mismo se la protege a través del Decreto
Legislativo 822, La decisión Andina N° 351, Decreto de Ley 25868, así como en
el Código Penal, sí se violase algún derecho contra el creador del software. El
INDECOPI es el encargado de velar por los derechos de autor a través de su
dirección de Propiedad Intelectual, la cual protege estos programas
informáticos.
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